Del homenaje a Pucho Boedo

Conocí la música de Pucho Boedo en el viejo radiocasé de casa. En aquel momento no entendía muy bien por qué mi padre insistía una y otra vez en hacer sonar aquellas cintas en las que aparecía la cara del cantante. Volvendo con Os Tamara, decía la portada. Con el tiempo, empecé a comprender el significado artístico y social de ese fenómeno de la canción. Dicen los que lo vieron sobre el escenario que tenía una energía y fuerza que emocionaban desde el minuto 1, un trabajo vocal elegante y contundente al mismo tiempo. Sensible, enérgico y auténtico. Pucho Boedo cruzó el atlántico, abrazó los ritmos tropicales, se entregó a la canción francesa y, de la mano de Prudencio Romo, rescató a nuestros poetas e introdujo la lengua gallega en momentos en los que no era precisamente fácil. Su trabajo no se refugió en ambientes marginales, minoritarios o intelectuales. No. Su trabajo fue popular. No tendría sentido de otro manera. A Coruña rinde esta noche homenaje al crooner del fin del mundo, como dice Xurxo Souto. Sito Sedes, Miguel Ladrón de Guevara y Paco Lodeiro pondrán la voz. Por momentos, la plaza de María Pita recordará la presencia de este coruñés de Labañou que nos dejó el 26 de enero de 1986, el día en el que nació el mito de la música gallega.