27 de enero de 2020

Un extraño fin de semana

Ha sido un extraño fin de semana. La noticia de la muerte de Kobe Bryant me pilló viendo el final de un partido de baloncesto, rodeado de amantes del baloncesto.
Intentábamos celebrar la victoria del Básquet Coruña, pero en nuestra mente se agolpaban las imágenes de Kobe que tanto nos habían asombrado. Y en apenas segundos asaltó nuestra memoria el recuerdo de Fernando Martín, el jugador que marcó a toda una generación.

En eso pensaba para cerrar un fin de semana en la que apareció una y otra vez la voz y la imagen de Pepa Flores. Desde el sábado a mediodía, y casi de forma obsesiva, busqué información sobre su trayectoria, su biografía, sus últimas entrevistas... ¿Cómo era posible que uno de los mitos del cine español decidiese desparecer? Y, sobre todo, ¿cómo era posible que lo hubiese cumplido de forma tan tajante? Esa búsqueda de información encontró sufrimiento, abusos, excesos y la personalidad de quien encontró en edad adulta la paz que le robaron en la infancia.

En medio se cruzó la historia de Aunque tú no lo sepas, lo que hasta ese momento era para mi la historia de la joya que Quique González escribió para Enrique Urquijo. Descubrí que el autor se había inspirado en un poema de Luis García Montero, esa voz que en más de una ocasión ha llamado a mi puerta sin que yo me hubiese dignado a abrirla.  Y lo leí una y otra vez; y escuché la canción una y otra vez, en diferentes versiones, de nuevo de forma obsesiva, como si de repente se hubiese puesto letra a esa sensación que tanto me ha perseguido.

Ha sido un extraño fin de semana; tan extraño que me ha obligado de nuevo a escribir este blog.

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