15 de enero de 2010

De temporales (II)

Decía ayer Maximino Casares en La Ventana de A Coruña que el miércoles, a última hora de la noche, ya había indicios de que vendría un temporal de fuertes vientos que se metería en tierra.
Hoy nos hemos enterado de que efectivamente así lo registró el centro meteorológico que la Agencia Estatal tiene en A Coruña. Pero también nos hemos enterado de que lo calificó como alerta amarilla y que no lo notificó a Protección Civil hasta tres horas después, cuando ya había registros de vientos superiores a los cien kilómetros por hora, cuando ya no quedaba otra que activar la alerta naranja. Esta información lejos de zanjar el asunto abre nuevos interrogantes por el funcionamiento de los dispositivos de alerta y emergencias. ¿Debió notificarse esa alerta amarilla? A posterior, y visto lo visto, habrá que decir que sí. ¿Qué pasó después? ¿Qué pasó cuando finalmente Protección Civil recibió la alerta? ¿Recibieron aviso los responsables locales de que se había activado un aviso de color naranja? El error entra en el margen de lo humano y pasar, no pasó nada. Pero el vendaval tuvo la suficiente virulencia como para derribar una grúa en Carral y dañar hasta tres edificios. El delegado del Gobierno en Galicia, Antón Louro, dijo que se revisarían los sistemas de predicción y seguro que así se está haciendo ya. Si hubo un fallo en la interpretación de los datos, debiera corregirse. Si el protocolo permite situaciones como la vivida en la madrugada de ayer, también debiera revisarse. La Agencia Estatal de Meteorología tiene servicio por la noche en Galicia. También hay equipos de guardia de Protección Civil. Da la sensación de que el dispositivo, al menos el mínimo, existe. Si corregimos el error de ayer, quizá atajemos el problema de mañana.

1 comentario:

  1. Daltonismo meteorolóxico. Por algo non creo demasiado na ciencia.

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