No pretende El Túnel ser un relatorio de efemérides, pero este mes da para mucho. Prácticamente ha pasado desapercibido. El jueves se cumplían seis años de la muerte de Enrique Urquijo, alma de Los Secretos. Su voz grave y sus letras melancólicas, agrias y en ocasiones hasta trágicas revelan la compleja personalidad de un tipo al que el dolor aportó, como a Antonio Vega, la clarividencia para sacar de dentro sentimientos, pensamientos y emociones. Enrique Urquijo me llegó tan tarde que cuando lo hizo ya se había ido. Fue un 17 de noviembre de 1999 y sólo a partir de entonces descubrí que Déjame no era más que la puerta a un mundo interior, musical, poético, que estaba ahí, esperando a ser descubierto. Y que sigue ahí. Un mundo sensible que quizá Enrique no fue capaz de afrontar. Pero tan sólo quizá.
"Luego llegó la despedida.
Le pregunté '¿por qué me dejas?'
y ella me contestó
'por tu tristeza..."
Enrique Urquijo
El sol de media noche
ResponderEliminarentró por la ventana
y con la luz de un coche
se iluminó tu cara
La lluvia que mojaba
tus calles están lloradas
quisiera que limpiara
también tu alma
Y no amanece...
Y no amanece...mmm
Y no amanece...mmm
La luz del sol gritaba
tu nombre tan lejano
tus párpados trataban
de no oir la llamada
Y no amanece...en tu cara
Y no amanece...en tu espalda
Y no amanece...mmm
El ruido de la calle
también te recordaba
pero al coger tu mano
no despertabas
Y no amanece...en tu cara
Y no amanece...en tu espalda
Y no amanece...en tu cara
Y no amanece...en tu espalda
Y no amanece...en tu cara
Y no amanece...en tu espalda
Y no amanece...
Urquijo era un yonki que musicalmente hablando no le llega a la suela de los zapatos a su hermano.
ResponderEliminarSiento que pienses eso. Puestos a comparar, Álvaro nunca escribirá letras como las de Enrique.
ResponderEliminar