De la prohibición del botellón en A Coruña
El Gobierno local de A Coruña ha reclamado hoy el respaldo de la oposición para prohibir el botellón en toda la ciudad. Ha dicho el portavoz, Julio Flores, que es necesario que los menores de edad no puedan beber alcohol en la vía pública, como no pueden hacerlo en los locales de hostelería. Ése ha sido uno de sus argumentos. Habrá que recordar, en todo caso, que la ley gallega, en su artículo 12, ya prohíbe de forma expresa el consumo de alcohol por menores de edad, sin distinguir entre vía pública, local de hostelería o domicilio privado. Es una prohibición general. Ya existe, por tanto, cobertura legal para que los menores no puedan beber alcohol en los botellones. Otra cuestión es que se pretenda erradicar totalmente esta práctica, por las molestias que pueda ocasionar, e incluso todo consumo de alcohol en la calle. El Ayuntamiento dispone de una ordenanza que ha sido eficaz en lugares como la plaza de Azcárraga o la plaza del Humor. También tiene a sus servicio una ley gallega que blinda a los menores ante el alcohol. La combinación de estas dos herramientas y una fuerte apuesta por la educación y la concienciación deberían ser suficientes.
Pero en este sentido, nos encontramos con otra fuente de debate. Ante los altos precios que normalmente suelen poner locales de ocio (vale, pubs) para los que piden una copa, a algunos mayores de edad (resalto este término) les da por querer hacer botellón con amigos y llevando su munición comprada previamente. Ante eso, muchos ayuntamientos externos han proporcionado un espacio alejado de la comunidad pero cercano para su movilidad donde la gente que guste pueda realizar dicha práctica. ¿Acaso es más interesante erradicarlo solo porque no nos preocupamos de buscar una solución que beneficie a todos? Si al final, nos quemaremos todos más que con un cóctel molotov relleno de garrafón.
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