1 de septiembre de 2011

De la lucha contra la doble fila en A Coruña

El sentido común, y las normas de tráfico, nos dicen que aparcar en doble fila supone un obstáculo añadido a la circulación, pero, quien más y quien menos, todos hemos caído en la tentación. El sentido común nos dice también que no es lo mismo aparcar en doble fila en una de las vías principales de la ciudad que en otras en las que, aunque su práctica sea irregular, el obstáculo al tráfico es menor. En muchas ciudades españolas lo tienen claro y desde hace años han establecido corredores urbanos en los que la doble fila está especialmente perseguida porque son las vías que al final pueden evitar que el tráfico lento se convierta en colapso. En A Coruña no se ha hecho. La Ronda de Outeiro ha sido un claro ejemplo de ello. Hoy, el Gobierno local ha dado un giro a esta situación y ha anunciado que habrá calles y avenidas principales en las que se declarará la guerra a la doble fila. En muchas ocasiones, hemos reclamado soluciones de transporte público para aliviar el colapso de una ciudad asentada en una península. Y por ahí debe ir encaminada la política de movilidad. Pero de poco sirve un bus urbano si se queda atrapado detrás de un coche mal aparcado por un conductor insolidario que antepone sus intereses a los de los demás.

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