Hasta ahora la llegada de inmigrantes había maquillado los datos de población de Galicia. Pero la crisis económica ha cortado de raíz este flujo y las últimas cifras del padrón municipal revelan ya una auténtica crisis demográfica.
En el último año, Galicia ha perdido más de tres mil habitantes, según el Instituto Nacional de Estadística. Y éste es posiblemente uno de los datos más graves. Porque la tendencia pone de manifiesto el escaso atractivo de la comunidad y la reducida confianza de que los que aquí vivimos en que esto pueda mejorar. El drama está en las provincias de Lugo y Ourense. El interior de Galicia se desangra a borbotones sin que hasta el momento nadie haya encontrado el torniquete que cierre la hemorragia. Somos pocos y cada vez representamos menos. Estamos condenados al olvido si no levantamos la cabeza, pero, sobre todo, si no comprendemos que acumular sin más habitantes en la franja costera nos conduce directamente al acantilado. Urge un análisis serio y profundo, alejado de este debate público que no ahoga el matiz y la reflexión serena.
No hay comentarios:
Publicar un comentario