De la condena a España por la falta de depuración de aguas residuales

El Tribunal de Justicia de la Unión Europea ha condenado a España por la falta de depuración de aguas residuales en 38 ciudades, entre ellas la de A Coruña. La resolución supone la continuación a otras actuaciones de instancias europeas que recuerdan que en 2001, hace diez años, estas urbes debían contar ya con un sistema de depuración eficaz. Es cierto que en el caso coruñés el problema está solucionado, o en vías de solución, con la puesta en marcha de la depuradora de Bens y otras instalaciones en la comarca. Pero la resolución del tribunal europeo no nos deja en buen lugar. Que tenga que venir un alto organismo de la Unión a llamarnos la atención por algo tan básico como depurar las aguas residuales debería ponernos de nuevo los pies en la tierra. Pero, sobre todo, debería obligarnos a un ejercicio crítico, alejado de palabras grandilocuentes, para que la próxima vez que Europa revise nuestras actuaciones ambientales no tengamos que sonrojarnos.