1 de marzo de 2011

Las últimas chabolas de Penamoa


Si alguien albergaba alguna duda, hoy ha quedado demostrado que Ayuntamiento de A Coruña y Gobierno están dispuestos a hacer cumplir las resoluciones judiciales que ordenan el desalojo a aquellos que se niegan a abandonar el poblado chabolista de Penamoa. Arranca así la última fase del plan de desmantelamiento, la fase más sensible y la que podría generar más momentos de tensión. El primer desalojo se ha desarrollado con nervios y gritos, pero sin incidentes. Es más: diríamos que ha sido una auténtica puesta en escena, por parte de los que allí resisten y por parte de la Administración, que ha lanzado un claro mensaje a aquellos que han dicho 'no' por activa y por pasiva. Queda seguramente lo más difícil. Y es deseable que se salde de nuevo sin incidentes. A Coruña está resolviendo un problema que jamás debió haber creado. Pero no olvidemos que el fin de Penamoa no es la última estación. Sobreviven aún otros asentamientos, habrá que seguir los movimientos que produzca la desaparición de este poblado y adoptar las medidas necesarias para evitar el surgimiento de otros nuevos. Se lo debemos a ese niño de siete años que hoy ha visto caer una de esas últimas chabolas de Penamoa.

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