29 de abril de 2010

La estantería de los lácteos y la crisis del sector

El campo gallego arrastra una crisis desde hace tantos años que quizá lo más sorprendente es que todavía exista gente que viva de la ganadería o de la agricultura.
El sector lácteo es un caso paradigmático de las contradicciones internas de la política económica europea que presume de liberalismo y aplica después un sistema tan intervencionista como la cuota láctea. Está muy bien eso de implantar estos topes de producción para, a renglón seguido, permitir que la industria fije libremente los precios a los que paga la leche a los ganaderos. Hoy, los productores han vuelto a la calle, a los supermercados, para explicar a los consumidores que si compran el litro de leche a 50 céntimos difícilmente la industria podrá pagar a los ganaderos un precio que sea rentable. La imagen seguramente no saldrá en el telediario. Sí aparecería si los productores hubiesen derramado litros de leche y hubiesen tirado cajas y cajas. En su momento fue la única forma de llamar la atención y de conseguir que alguien les hiciese caso, a pesar del impacto negativo en la opinión de buena parte de los consumidores. Ahora parece que piensan que los compradores finales son su última oportunidad, su última esperanza. Quizá debamos reflexionar sobre eso cuando de nuevo nos acerquemos a la estantería de los lácteos.

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