Los autónomos han vuelto a levantar hoy la voz para denunciar que el grifo del crédito sigue cerrado, que cuando acuden a una caja o banco a pedir financiación para sus proyectos la respuesta más habitual es 'no'.
Han transcurrido ya tres años desde que estalló la llamada crisis de las hipotecas basura en Estados Unidos y parece que ese tiempo ha sido insuficiente para que el dinero vuelva a circular con fluidez. El propio sistema abocó a muchos autónomos a recurrir al crédito para desarrollar proyectos y mantener actividad. El cierre del grifo ha dejado a muchos literalmente colgados, sin posibilidad de emprender iniciativas, a pesar de su viabilidad económica. Por eso, hoy han vuelto a lanzar esa llamada. Autónomos y pequeña empresa constituyen una riqueza, no sólo económica, también social. Su llamada no debería caer en saco roto.
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