El alcalde de Cambre, el socialista Antonio Varela Saavedra, ha tenido que recurrir a una fórmula límite para poder aprobar los presupuestos municipales, que aún no han recibido luz verde a pesar de estar metidos ya en la primavera.
Se ha sometido a una cuestión de confianza y la ha perdido. La mayor parte de la Corporación no está de acuerdo con su gestión aunque mantendrá la Alcaldía en el que será su último año. Cambre se ha convertido en una ensalada multicolor de siglas con concejales no adscritos salidos de las filas socialistas, otros que se pasaron del PSOE al Partido Galeguista e incluso algunos que abandonaron sus responsabilidades de gobierno, se marcharon a Madrid y mantuvieron su acta de concejal. Varela Saavedra, Tonecho, como le conoce todo el mundo, buscó el apoyo del BNG para apuntalar su proyecto, pero aquí también hubo problemas con un claro distanciamiento entre el grupo municipal y la dirección local de la formación nacionalista. La renovación llama a las puertas del municipio. A un año de finalizar el actual mandato, a Cambre le pasa algo parecido a lo que le sucede al Deportivo a estas alturas de temporada: lo mejor que puede pasar es que esto se termine cuanto antes.
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