21 de enero de 2010

Novo Mesoiro: la semilla

Era el último fleco que quedaba pendiente y la incógnita se acaba de despejar. El juez ha revisado la denuncia que había presentado una cooperativa de viviendas, promovida por policías que habían visto supuestas irregularidades en la adjudicación a chabolistas de los pisos sociales de Novo Mesoiro y Eirís.
Y el juez ha decidido archivarlo, darle carpetazo, no hay indicios de delito. Bien es cierto que la cooperativa ha recurrido a la Audiencia Provincial, pero a día de hoy no hay nada de nada. Ya antes, dirigentes del Partido Popular que decidieron revisar las listas al llegar a la Xunta pudieron comprobar que todo estaba correcto, que no había atisbo de irregularidades. Toda la teoría que durante meses y meses se encargaron de difundir, sembrando dudas y agitando los legítimos temores vecinales, se ha venido abajo. Ya nada sostiene aquellas acusaciones que pretendían hacer creer que el Ayuntamiento había manipulado las listas para sacarse de encima a un puñado de chabolistas de Penamoa y colocarlos en esas viviendas por la puerta de atrás. Lejos deberían quedar, por tanto, esas lamentables imágenes de personas que escudriñaron listas a la búsqueda del apellido gitano para poder señalar a alguien con el dedo. Tras dos años de polémica, las cosas empiezan a estar por fin en su sitio: las viviendas sorteadas, las dudas sobre las listas despejadas y los ánimos vecinales más calmados. Pero a partir de ahí todos los protagonistas de esta historia deberían realizar una reflexión íntima sobre su participación en este debate. La concejala de Servicios Sociales, Silvia Longueira, les ha exigido a unos que pidan disculpas. Algunos se conformarían con que todos hiciesen, hiciéramos, autocrítica. Porque hay semillas que jamás debieron plantarse.

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