28 de marzo de 2012

De la huelga general

Estamos en las horas previas a una nueva jornada de huelga general. Es una prueba de fuego para el Gobierno Rajoy, pero también para los sindicatos que se juegan su capacidad de convocatoria y de servir de contrapeso para las políticas económicas del Ejecutivo. Las centrales sindicales tratan de frenar una reforma laboral que, aseguran, atenta contra derechos laborales adquiridos en las últimas décadas. Gobierno y patronal sostienen que es necesario flexibilizar para que el mercado de trabajo pueda crear empleo cuando llegue la recuperación. Las posiciones son claramente contrapuestas y, al final, es una decisión personal secundar o no la protesta. O debe serlo. Al margen de los puntos de vista de cada uno, lo importante es que la huelga se desarrolle con normalidad, sin incidentes y con el máximo respeto para quien decide secundar la protesta y para que quien apuesta por acudir a su puesto de trabajo. Si es así, será un síntoma de madurez de nuestra democracia.  

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