De la puesta en marcha del AVE entre A Coruña y Ourense

La entrada en funcionamiento del llamado AVE entre A Coruña y Ourense es una buena noticia. Dejar el tiempo de viaje entre las dos ciudades en poco más de una hora en un transporte público es un avance significativo que nos da pistas de cómo será la conexión completa hasta Madrid. Tan sólo su precio, más alto que la media según algunos sindicatos, ensombrece la puesta de largo del nuevo servicio de tren. Porque a partir de ahí la lista de ventajas es amplia: transporte público, sostenible, poco contaminante, rápido, fiable y que nos permite disfrutar del paisaje. La línea tiene además otra virtud que no es menor: por primera vez en muchos años se pone en la vanguardia de una actuación estratégica una ciudad del interior gallego. Este tipo de acciones habían desarrollado hasta ahora la fachada atlántica con cierta profusión. Pero la Galicia interior, incluidas sus capitales, habían quedado al margen. Es cierto que Ourense forma parte como ciudad de paso, como lo es Lugo en la autovía del Noroeste, pero que se incorpore ahora a la red es una de esas ventajas que tanto necesitan las dos provincias que no miran al atlántico. Galicia tiene una cuenta pendiente con ellas y es hora de empezar a saldarla.