De la visita a A Coruña de la selección española de baloncesto

A mediados del próximo mes de julio, la selección española de baloncesto disputará en A Coruña uno de sus partidos de preparación para los juegos olímpicos. Será una oportunidad para ver en vivo a la mejor generación que ha dado este deporte en España y que tantos éxitos ha cosechado. Son estrellas de la canasta pero que, como selección, han sido capaces de construir un equipo que funciona como tal, que dejó atrás fantasmas del pasado y que creyó que era posible. Que una selección así juegue en A Coruña es, sin más, una buena noticia. Proyectan valores de compañerismo, ilusión, esfuerzo y confianza que deberían ser inherentes al deporte pero que en demasiadas ocasiones quedan apartados por otros de dudoso interés. Pero la visita de los Gasol, Rudy, Navarro y compañía debe ser además un revulsivo para la extraña relación que esta ciudad tiene con el baloncesto. La selección jugará en el Coliseum y muchos recordarán al Slobodna, convertido en equipo coruñés de adopción, o aquel campeonato de España junior que también se disputó en ese mismo escenario. A Coruña tiene afición, pero en ocasiones está como escondida. En julio estarán todos sentados en el Coliseum y quizá algún día den el salto al Palacio de los Deportes. Allí los espera otro equipo lleno de compañerismo, ilusión, esfuerzo y confianza.