4 de noviembre de 2011
De la intermodal, el puerto exterior y el aeropuerto de Alvedro
El próximo diez de diciembre se pondrá en marcha el primer tramo del llamado AVE gallego, un primer trayecto que unirá A Coruña con Ourense. Su puesta en funcionamiento permitirá reducir los tiempos de viaje a esta ciudad, pero también hasta Madrid. Será la primera visualización práctica de esa promesa de que algún día A Coruña estará a tres horas de la capital de España en tren. El impulso al AVE coincide en el tiempo con las quejas de diferentes sectores de la ciudad en relación con la rebaja de inversiones de la Xunta en el aeropuerto de Alvedro. El último en llamar la atención sobre este asunto ha sido la Cámara de Comercio que alerta de sus efectos en el sector turístico. En este marco, Aena, el gestor de los aeropuertos, ha señalado que el nuevo tren no restará pasajeros al avión. No deja de ser sorprendente este posicionamiento cuando se estableció como meta de tiempo de viaje las tres horas para que el AVE precisamente fuese competitivo con el avión. Y a eso tendremos que sumar el hecho de que una parte importante de los usuarios de Alvedro tiene como destino Madrid. Con este escenario parece más que probable que el tren se lleve parte de los viajeros de Alvedro. Sólo un aumento importante de los movimientos podría compensar la entrada de un nuevo competidor. El Estado está haciendo un esfuerzo importante por impulsar estas dos infraestructuras y no se entendería un diseño de comunicaciones que las viese por separado. La modernización del aeropuerto, la llegada del AVE con la construcción de la intermodal, y la finalización del puerto exterior presentan una oportunidad histórico para la ciudad. Esta vez no la podemos desaprovechar.
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Marcos, ya no hay vuelta atrás, habrá AVE --aunque se retrasará más debido a la escasa liquidez que acusa el Estado y a que el PP tiene menos remilgos que el PSOE a la hora de aplicar ajustes--, y también dispondremos de un excelente aeropuerto.
ResponderEliminarMientras, la población no aumenta, la actividad económica tampoco (en todo caso, ya sólo cabe aspirar a que se recupere parte de lo perdido), y para colmo cada vez hay más jubilados, etc. etc. y etcétera.
Hagamos un esfuerzo, aunque no hace falta que sea intenso, ¿qué ocurrirá al paso de unos años.
Que tendremos infraestructuras para el transporte ¡¡¡de pasajeros!!! que serán doblemente inamortizables, pues además su mantenimiento es costoso.
¿A cambio de qué?
Aunque la pregunta correcta es: ¿acaso alguien en su sano juicio cree que las economías personales y la calidad de vida media de la generalidad de quienes habitamos en A Coruña y en su hinterland crecerán porque haya un AVE que llega a Madrid en 3 horas y porque dispongamos de un formidable aeropuerto?
De momento, el negocio y la utilidad de ciertas obras está en las contratas y en los empleos que generan... ¿Y pasado mañana?
Francamente, todavía no he conocido a un solo economista con nociones de demografía y sociología acreditadas que justifique que gran parte del dinero que "corresponde" a Galicia se gaste en "grandezas" --y mejor no hablemos de la Cidade da Cultura o del puerto exterior de Punta Langosteira, a apenas 10 millas náuticas en línea recta del de Ferrol.
Mientras, durante el período 1999-2008 (del que recabe datos para un trabajo reciente) cada año abandonaron Galicia un mínimo de 8.500 jóvenes (de 18 a 35 años de edad), todos ellos bien formados académicamente o con experiencia laboral en oficios que sí tienen "salida" ¡¡¡más allá de Pedrafita!!!
Tiempo al tiempo, tiempo al tiempo...
Un abrazo.