27 de octubre de 2011

Del tupper, el Skype y la clase política

El candidato del PSOE al Senado Javier Losada nos sorprendió primero con su iniciativa de organizar encuentros en domicilios particulares, a imagen y semejanza de aquellas reuniones del pasado que tenían como objetivo vender envases de Tupperware. Ahora nos vuelve a sorprender cuando anuncia que atenderá a los ciudadanos a través del Skype, un programa informático que permite a cualquier usuario realizar videoconferencias con otros. Las iniciativas, según sus palabras, pretenden establecer un contacto directo entre político y ciudadanos, pero al mismo tiempo sirven para llamar la atención en esta precampaña de perfil bajo en la que los candidatos al Senado aún lo tienen más difícil. La imaginación al poder, habrá pensado Losada cuando ideó con sus colaboradores estas iniciativas. Lo malo de estas acciones electorales es que pasada la cita con las urnas se quedan en nada. Las oficinas de campaña se cierran, los blogs y webs se abandonan, y los canales de participación echan el telón. España tiene un problema cuando los ciudadanos sitúan a los políticos entre los principales problemas, como ha confirmado el Centro de Investigaciones Sociológicas. Las iniciativas de apertura al ciudadano son positivas, pero el conjunto de la clase política deberá hacer una profunda reflexión, ética y humana, para que deje de ser un problema y se convierta en una solución.

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