Los deberes de Mar Barcón

Con la constitución de la nueva corporación municipal de A Coruña Mar Barcón se convertirá en la portavoz del grupo socialista en el Ayuntamiento. Las riendas del partido no quedan, al menos de momento, en sus manos, pero será el rostro más visible de un socialismo coruñés que se busca a sí mismo. Lo que esto signifique en el futuro es un extremo que aún es pronto para analizar, pero el paso que da Barcón no es menor. De entrada tiene ante sí retos de envergadura. Está llamada a ser la líder de la oposición al frente de un grupo acostumbrado a gobernar y que aún debe digerir la derrota electoral; un grupo que combina nuevas caras y otras que se resisten a abandonar la primera línea política; y un grupo dividido pendiente de una reconciliación. A Barcón no le faltan facultades para semejante empresa: ya fue concejala con Francisco Vázquez y conecta bien con los que reclaman renovación. Pero además del ámbito interno, la nueva portavoz socialista está obligada a subrayar las carencias y deficiencias del gobierno local del PP y a evidenciar que existe una alternativa progresista definida y articulada. Del éxito en la gestión de este puzzle depende en buena medida que el paso que esta semana ha dado sólo sea un paso intermedio.