¿Gobernar en solitario?

Hace cuatro años, antes de lanzarse a confirmar un bipartito progresista en A Coruña, el vencedor en las elecciones, Javier Losada, habló con unos y otros para conocer sus posiciones. También lo hizo con el portavoz del PP, Carlos Negreira. Lo que se habló entonces, con mesa y mantel de por medio, sólo ellos lo saben. Losada ha dado a entender que Negreira lo abocó al pacto con el BNG porque le impidió gobernar en solitario. Negreira sostiene que desde el principio el PP defendió la opción de un gobierno socialista en solitario, con posibilidad de acuerdos puntuales. Lo que se habló entonces, insisto, sólo ellos lo saben. Pero a renglón seguido hay que indicar que lo que pasó justo después lo sabemos todo. Y lo que pasó justo después es que el PP ha hecho una oposición dura, contundente. No ha cedido ni un sólo milímetro a su adversario político. Es bueno que la oposición haga su papel, pero algunos de sus votos en contra durante estos cuatro años no han dejado de ser sorpredentes. Por muy críticos que seamos, algo ha tenido que hacer bien el bipartito, como algo estará haciendo bien la Xunta. Que Losada se haya acordado de lo que sucedió hace cuatro años no es baladí. Cuando dice que Negreira no le dejó gobernar en solitario, le está diciendo que él tampoco hará esa concesión. Y ese escenario, un PP que gana pero no gobierna, no cotizaría a la baja en una hipotética apuesta.