Del parque ofimático de A Coruña

El proyecto del parque ofimático de A Coruña va camino de convertirse en una historia interminable de la que es difícil aventurar su final. A pesar del lío judicial que envuelve todo el proyecto, el Ayuntamiento sigue adelante con su idea de meter las máquinas de inmediato, consciente de que la imagen de las obras vale mucho más que las promesas de que algún día se realizará el proyecto. Hoy, el concejal de Vivienda, Mario López Rico, ha advertido que si la Xunta mantiene su idea de devolver los terrenos a los propietarios anteriores, en aplicación de una sentencia judicial, la construcción de edificios se puede retrasar varios años más. Si vinculamos ambas ideas, el resultado podría ser un parque de calles construidas y farolas levantadas, sin viviendas ni vecinos que las habiten. Y no nos lo podemos permitir. El proyecto acumula ya tanto retraso que no admite más demoras. Ayuntamiento y Xunta, cada uno en su parcela, deben buscar fórmulas que permitan el cumplimiento de la legalidad sin afectar al desarrollo del proyecto. Trescientas familias coruñesas se han embarcado en la aventura de construir en forma de cooperativa para cumplir su derecho a una vivienda. Y nadie debería negárselo.