11 de marzo de 2011

De Novacaixagalicia, el Banco de España y la reforma del sistema

Hace más de tres años, cuando estalló la crisis de las hipotecas basura y la posterior crisis financiera, el mensaje repetido hasta la saciedad era que el sistema español de bancos y cajas nada tenía que ver con aquello. Era un conglomerado sólido, solvente y casi sin habas negras. La prudencia y seguramente los datos económicos respaldaban esa idea. Pero no deja de ser sorprendente que en otros países hayan aplicado cirugía, mientras que aquí se insufló un poquito de aire, se animaron las fusiones y poco más. Ahora nos entran las prisas. Ahora que los mercados aprietan queremos presumir de un sistema financiero inmaculado, aunque sea a costa de cargarse unas entidades, las cajas, pensadas en su filosofía para estar al servicio de la sociedad. Quizá lo que ahora se hace con prisa y con medidas traumáticas se pudo haber acometido con calma y con decisiones de esas que llaman de acupuntura. Novacaixagalicia tiene los datos que tiene. Y a sus responsables habrá que preguntar por qué se llega al día de hoy con esos números. Pero al Banco de España y al Gobierno habrá que demandarles explicaciones sobre lo que han hecho en estos más de tres años. Aquí acometemos ahora la reforma del sistema financiero, mientras que otros países sencillamente están saliendo de la crisis. Qué lejos nos queda aún esa puerta.

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