30 de junio de 2010

De la ría de O Burgo

Los mariscadores han vuelto a poner el grito en el cielo. Están hartos de promesas, estudios, informes y planes que no ponen solución a la contaminación de la ría de A Coruña.
Y asisten desesperados a este mirar para otro lado de las Administraciones que se responsabilizan las unas a las otras del estado actual del que debería ser gran banco marisquero de la comarca. La denuncia ha sido constante en las últimas dos décadas y mucho más intensa en los últimos años. En su entorno hay ayuntamientos de diferente color político. Y también por la Xunta han pasado conselleiros de partidos distintos. Pero, por las razones que sea, la ría sigue moribunda y sin signos vitales que permitan vislumbrar su recuperación. Es duro consignar que la costa que resisitió a la marea negra del Prestige puede sucumbir a la acción de sus propios habitantes.

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