Cuando se planteó la fusión de las cajas y la reforma de la ley gallega que las regula la filosofía que latía detrás de ese planteamiento tenía que ver con la necesidad de disponer de una herramienta financiera que respondiese a los intereses de Galicia, que pudiese ejercer de palanca en aquellos sectores económicos que pudiesen ser estratégicos en Galicia.
En alguna ocasión se puso como ejemplo la posición de Caixanova en R. Unión Fenosa salió del accionariado y la caja del sur reforzó su posición para mantener la galleguidad de la empresa. Era una muestra de lo que podía hacer una futura caja única, más fuerte, con más recursos. Hoy ese ejemplo ha empezado a desvanecerse.
Decepción.
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