28 de diciembre de 2007

Asociación de la Prensa de La Coruña: No en mi nombre

He tratado de contenerme y hasta el momento lo había conseguido, pero todo tiene un límite. Me refiero a la Asociación de la Prensa de La Coruña, que así se llama.
Y como ha sucedido lo que me temía no tengo más remedio que expresar públicamente mi opinión. Dice hoy La Voz: los periodistas coruñeses nombran socio de honor al ministro de Cultura. Como soy periodista y coruñés digo abiertamente que no sólo no estoy a favor del reconocimiento sino que estoy radicalmente en contra. Y me consta que son muchos los compañeros que opinan de forma similar. Por cierto, nada tengo en contra de la redacción de titular, a pesar de que no refleje fielmente la realidad.
¿Para esto sirve la Asociación de la Prensa? ¿para rendir pleitesía al poder político? ¿para rendir tributo y homenaje a ministros y derivados? ¿alguien se acuerda de que esta profesión tuvo en algún momento la función de ejercer la crítica como contrapoder? La Asociación de la Prensa de La Coruña, que así se llama, insisto, se ha convertido en una pieza más del engranaje del poder coruñés. No está al servicio del periodista, está al servicio del poder político de turno y del poder económico. Calló cuando el ex alcalde, Francisco Vázquez, abroncó a un fotoperiodista. Y tiempo después el ahora embajador se lo agradeció poniéndole el nombre de la asociación a un callejón sin salida (bendita metáfora). Pero no tuvo reparos en criticar duramente a Augusto César Lendoiro (y con razón). Sus ataques al presidente del Deportivo no estaban, sin embargo, motivados por los obstáculos que el club pone al ejercicio del periodismo. Su única razón es el enfrentamiento de Lendoiro con La Voz, el Ayuntamiento y el poder económico. Ahí sí que la Asociación de la Prensa tuvo arrojo para criticar.
Los que creímos en la creación del Colexio de Xornalistas, como espacio para defender los intereses de los periodistas y como foro de debate de las diferentes sensibilidades, siempre vimos con mucho recelo este renacer de la Asociación de la Prensa. Nuestros temores se han cumplido. Al menos que se oiga la voz de los que no estamos de acuerdo. No en mi nombre.
Posiblemente 2008 será el año en el que se eche el telón de la defensa profesional de este colectivo. Los únicos responsables seremos nosotros mismos.

5 comentarios:

  1. Anónimo5:06 p. m.

    Gústame o da etiqueta "Haciendo Amigos", jeje. Non che falta razón. Dende o momento no que non formo parte nin desta nin desoutra, non me sinto representada, mais nunca me daría por aludida. Polo momento non formo parte da prensa que pode pagar 60 euros por unha comida!

    Boas festas (o que queda delas) e bo ano, Marcos!

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  2. Qué esperas de una asociación cuyo presidente es el jefe de prensa del presidente de la confederación de empresarios que es, a la vez, socio de quien es socio. La asociación de la prensa se ha convertido en una entidad folclórica, más conocida por las subvenciones que recibe del Ayuntamiento, por su nula visión crítica con el poder establecido en la ciudad, por su tirria a quienes critican al poder establecido o se enfrentan a él (tengan o no razón) y por sus gustos culinarios. Homenajear a un ministro que lleva día y medio en el cargo, escaso tiempo para ensalzar su labor, a las puertas de una campaña electoral, resta crédito al poco crédito que le quedaba. Bajo mínimos....

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  3. Bueno, Marcos. Te leo desde hace tiempo. Soy Miguel, ex compañero (becario por aquel entonces) tuyo en la Franja, ¿recuerdas? Algún día te podría contar un anécdota del presidente del que habla tu tocayo. En mis inicios como periodista, no dudó en utilizar los gritos y las manos para evitar que hiciese una pregunta. No se me olvidará en la vida. Digamos que me faltó poco para abandonar la profesión debido a aquel incidente. Por aquel entonces, me defendió un fotógrafo... Hoy no me hubiese quedado callado.
    Por lo demás, totalmente de acuerdo con tu reflexión.
    Feliz Año!!!

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  4. Me sumo a tu denuncia, a pesar de no ser periodista, y me gustaría añadir que en su anterior cargo, la gestión del homenajeado dejó mucho que desear, pero aquí somos así (o algunos son así): como el individuo es coruñés ya hay que ponerle una estatua...

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