23 de noviembre de 2007

Adiós a mi Peugeot 206

No me resulta fácil explicar la sensación que me ha recorrido el cuerpo esta tarde cuando se han cerrado las puertas del concesionario y mi Peugeot 206 se ha quedado allí, seguramente para no volver a verlo.
Después de siete años y algo más de 80.000 kilómetros, dejo mi primer coche, el primero en propiedad, con una mezcla de melancolía -supe que sería mi primer coche desde que vi el anuncio por televisión- y satisfacción. Mi 206 me llevó por toda la cornisa cantábrica, hasta el sur de Francia, me acercó hasta Madrid, Toledo, Salamanca o Cuenca, me hizo recorrer buena parte de Galicia y me acompañó en la última campaña de las elecciones autonómicas cuando llegó a convertirse en una especie de estudio volante. En siete años nunca me dejó tirado. Y en alguna ocasión incluso sirvió de improvisada cama para pasar la noche por razones que jamás explicaré en este blog. Por eso, cuando esta tarde iba a dejarlo para siempre, me he sentido tentado a situarme ante él para darle las gracias como si de una persona se tratase. Ahora sólo espero que encuentre un propietario que lo cuide. Porque estoy convencido de que ese 206 sí lo cuidará a él.

3 comentarios:

  1. Y si nunca te dejó tirado ¿por qué lo cambias? ¿Moda? ¿Flechazo?

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  2. No olvides que 206 también ha dado dos super vueltas a la rotonda de Sada, lugar en donde confluyen automoviles varios conducidos por diversas personas y donde los tulipanes son, según época y gobierno, rojos y amarillos o rojos solo. Punto de inflexión de la villa... jajajaja Pobre 206... No se como has sido capaz!! Si tuviera dinero lo compraba yo... Aunque su vida sería corta en mis manos... Igual que la mía!! ¿Nos veremos esta semana? Besotes

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  3. ¿Y por qué coche lo has cambiado?

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