2 de noviembre de 2011

Del nuevo temporal en Galicia

Tras un inicio de otoño extraño, con temperaturas y cielos más propios del verano, la sucesión de pequeños temporales nos ha situado de nuevo en la realidad. Vientos fuertes y lluvias intensas son los ingredientes meteorológicos propios de esta época del año. Y, en el fondo, es bueno que así sea. Una de las diferencias con respecto a hace varias décadas es que ahora las previsiones afinan mucho más y se ha establecido un protocolo de alertas que fija qué medidas se deben tomar en función de las condiciones del tiempo. Incluso llegan  a establecer con bastante fiabilidad a qué hora el temporal azotará con más fuerza. El error es siempre posible y en muchas ocasiones el tiempo es más benigno de lo que anuncian los partes. Pero en casos así es siempre mejor pecar de exceso de prudencia que de exceso de confianza. Quizá, esperemos, este temporal pasará sin pena ni gloria. Que no sirva de vacuna. El otoño aún acaba de empezar, por delante aún queda un duro invierno y los temporales y sus correspondientes alertas se repetirán con bastante frecuencia. Estar preparados y prevenidos es la única receta. 

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