Hace unos días fue Betanzos. Y hoy, Carral. En los últimos meses hasta seis sedes del PSOE han sido atacadas con un modus operandi muy similar: ataques nocturnos, con cócteles molotov y abundantes daños materiales.
Son atentados de esos llamados de baja intensidad, pero que tienen como hilo conductor esa insistencia en el ataque a las sedes socialistas. Hoy, su secretario provincial, Salvador Fernández Moreda, ha pedido que no se relativice unos actos que define abiertamente como terroristas. La Xunta, el Parlamento, las fuerzas políticas, todos han coincidido en condenar sin paliativos este ataque. Y esa posición clara, firme y sin dobleces es la que debemos compartir. Esa posición y la confianza en que los cuerpos de seguridad finalmente detendrán a los que han escogido, de entre todos los caminos posibles, el más equivocado.
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