Tampoco este año habrá juicio por el desastre del Prestige.
Las previsiones de alguna de las partes apuntaban a que antes de que terminase este 2010 comenzaría la vista oral. Pero la envergadura del caso, su complejidad técnica y jurídica y la limitación de medios de los que se han encargado de la instrucción dejarán para el próximo año el juicio más esperado en Galicia en los últimos años. Es tal el tamaño del asunto que los responsables de la Audiencia Provincial y de la Xunta buscan una ubicación para la vista oral porque las salas de las que se dispone en A Coruña se quedan pequeñas. El reto es enorme y ya ha merecido la reflexión de algún jurista que ha llamado la atención sobre el hecho de que un pequeño juzgado, como el de Corcubión, haya tenido que investigar un caso con conexiones internacionales. Salvo sorpresa, la vista será el carpetazo al desastre medio ambiental que llevó por todo el mundo la imagen de una Galicia teñida de negro. Será así si no se cierra en falso, si efectivamente se depuran todas las responsabilidades y se aclaran todas las sombras que puedan quedar de lo que sucedió hace ya casi ocho años.
Ese chapapote es la mancha moral que ha ido anegando nuestras vidas...
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