29 de diciembre de 2011

De O Rubio, el percebeiro

El día que el ciclón Hortensia sopló con aquella fuerza Emilio Mariñas, como cualquier otro día, fue a apañar percebe. Es lo que venía haciendo desde que tenía 18 años, pero aquel 4 de octubre de 1984 O Rubio, así le llamaban, vio de cerca la muerte. Arriesgó más de lo que marca la prudencia, pero hoy, con  81 años, tiene la suerte de poder recordar con emoción aquellos momentos. Emilio es un experimentado percebeiro, ya retirado, pero percebeiro. Afirma que se conoce los nombres de todas las piedras de la costa entre O Roncudo y Burela; piedras que hace medio siglo apenas podían verse, ocultas detrás del percebe. Como él, estos días son muchos los percebeiros que vuelven a los acantilados para conseguir el preciado marisco que vemos en los mercados y que podrán disfrutar en algunas mesas. El trabajo ha cambiado mucho desde que O Rubio empezó a remar entre A Coruña y Ferrol, pero el peligro sigue estando ahí. Por eso, hoy, cuando tanto se habla del precio del percebe, el testimonio de Emilio es el homenaje a los que consiguen ponerlo en la mesa.   

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