De la apertura del primer tramo de la tercera ronda

Después de once años de obras, hoy se han abierto al tráfico tres kilómetros de la tercera ronda de A Coruña. El dato es bien elocuente: tres kilómetros en once años. La puesta en marcha de este tipo de infraestructuras es una actuación con cierta complejidad, que requiere de la complicidad de varias administraciones para redactar los proyectos, conseguir los terrenos y ejecutar las obras. Pero esa complejidad jamás puede justificar una tardanza de esta magnitud. El tráfico de A Coruña y su comarca vive estrangulado desde hace muchos años sin que se hayan habilitado nuevas infraestructuras de forma paralela al desarrollo de urbanizaciones o centros comerciales, por ejemplo. Los pasos han sido tan lentos que cuando la tercera ronda esté terminada seguramente el tráfico siga saturado porque la vía habrá llegado tarde, porque ha faltado planificación y porque la alternativa del transporte público sigue pareciendo una quimera. La apertura de la tercera ronda merece una reflexión profunda, más allá de estos meros apuntes, y una seria autocrítica.