Desde el inicio de la crisis financiera los expertos han defendido que la salida requiere confianza, y la confianza, transparencia.
El Ayuntamiento de A Coruña y la Diputación no han sido en los últimos días buen ejemplo de esto último. Cuando a la concejala de Hacienda, Carmen Marón, se le preguntó por la procedencia de las inversiones en el parque ofimático no contestó. Después, los propios informes técnicos dijeron que había que separar la aportación pública de la privada. Si se aplicase ese criterio, la inversión municipal el próximo año bajaría un ocho por ciento, en lugar de la subida del 150 por ciento que anunció Marón al sumar también la inversión privada. Ayer, el responsable de presupuestos de la Diputación de A Coruña, Antonio Lagares, anunció un ligero descenso de las inversiones provinciales. Hoy sabemos que para Lagares ligero es un 23 por ciento. El ciudadano de a pie comprende que bajen las inversiones porque antes él ya rebajó su consumo. Lo que no acepta es que se maquille la realidad. La transparencia es confianza. Quizá ahora alguno entienda por qué hacemos tantas preguntas.
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