El alcalde de Oleiros, Ángel García Seoane, y el empresario Gerardo Crespo se han enzarzado en un cruce de declaraciones y de acciones judiciales de resultado impredecible.
El primero acusa al segundo de haber recibido adjudicaciones de cursos de formación por parte de la Xunta por su proximidad al PP. Y se pregunta a cambio de qué. Y el segundo se revuelve contra el primero por cuestionar la limpieza de su actividad empresarial. Los dos son personajes polémicos, con posiciones claramente antagónicas y que tarde o temprano acabarían encontrándose. Sólo cabe esperar la actuación de fiscales y jueces para determinar si los excesos verbales de uno son constitutivos de delito y para aclarar si la actividad del otro es fruto del éxito empresarial o de asuntos más turbios. Aquí lo único claro es el "continuará".
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