Del Noite Bus

Cuando tenía 16 años éramos muchos los jóvenes que decidíamos pasar la tarde del sábado en Sada, en una conocida discoteca. El viaje siempre era en autobús, en un autobús de línea regular cargado hasta arriba.
La ida era tranquila, pero el regreso a A Coruña era una auténtica fiesta para los jóvenes y un suplicio para el busero. Así llamábamos al conductor. Nunca en aquellos viajes pasamos de los cánticos más o menos ofensivos para quien nos llevaba a casa. Hoy, la CIG ha denunciado que en el Noite Bus se ha dado un paso más. Algunos conductores reciben amenazas, insultos, agresiones verbales, y en ocasiones han temido por su integridad física. Y no puede ser. No puede ser este comportamiento por parte de los usuarios ni puede ser que no se adopten medidas para proteger al conductor, que está en su puesto de trabajo y que lleva en sus manos un vehículo de transporte público. El Noite Bus es un apuesta que va en la dirección correcta, que busca sacar de las carreteras a los jóvenes que conducen en las madrugadas del fin de semana con grave riesgo para ellos y para otras personas. Por eso es necesario proteger a sus conductores y blindar la financiación del servicio para que no se ponga en duda.