31 de marzo de 2010

Semana Santa

Es más que probable que a esta hora esté usted en el coche, o quizá recogiendo las cosas para marcharse ya. Seguramente habrá mirado el mapa del tiempo, pero tampoco le habrá molestado mucho las previsiones de lluvias. Porque, al fin y al cabo, lo que usted quiere es desconectar.
La Semana Santa se ha convertido en una auténtica válvula de escape, en un oasis que nos permite tomar impulso antes de abordar los meses previos al verano; y en una ocasión también para reflexionar. Seguramente se acordarán de aquellos encierros en monasterios que protagonizaba Manuel Fraga con todo su equipo de conselleiros y conselleiras. Y seguramente no fuese mala idea para conseguir que a vuelta de Semana Santa se aclararan, por ejemplo, las ideas sobre el futuro de las cajas, sobre la integración de A Coruña en el Consorcio de As Mariñas, sobre la planta de basuras de Nostián, sobre el transporte metropolitano, sobre las grandes infraestructuras. Son muchas las asignaturas pendientes de esta área, llamada a ser el gran referente de Galicia. Pero seguramente el lunes todo seguirá prácticamente igual. Porque al fin y al cabo, ellos también necesitan desconectar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Compartir