La semana arranca en A Coruña con un pleno municipal que deja acuerdos por unanimidad en asuntos de gran calado y en otros que tienen que ver con la vida cotidiana.
PSOE, PP y BNG han unido sus fuerzas para salir en defensa de Novacaixagalicia y del sector pesquero del arrastre de fondo, y para apostar por la retirada de un tapón urbanístico en O Castrillón. La discrepancia en política es no sólo legítima, sino también saludable. Pero que los grupos sean capaces de ponerse de acuerdo en cuestiones básicas de defensa del interés general es también loable y necesario. Lo es especialmente en estos tiempos en los que crece esa ola que pretende desacreditar a la clase política, como si ejercer esta misión pública consistiese únicamente en echarse los trastos a la cabeza. Por eso, de vez en cuando, conviene subrayar acuerdos como los de hoy que acercan a la realidad de la calle el salón de sesiones del Palacio Municipal de María Pita.
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