El plan B del transporte público

El secretario de Estado de Infraestructuras, Rafael Catalá, ha dicho hoy en la comisión de fomento del Congreso de los Diputados que su departamento estudiará la implantación del tren de cercanías en Galicia. Es una vieja demanda de sectores sociales y políticos que ven en el servicio ferroviario una alternativa al coche privado, viable y sostenible. Merece la pena estudiarlo, pero con rigor y seriedad, porque la mayor parte de las promesas relacionadas con el transporte, por ejemplo en la comarca de A Coruña, ha sido un cúmulo de buenas palabras y escasas realidades. A las Administraciones les ha llevado años implantar algo tan aparentemente sencillo como el billete único. Y han iniciado varios estudios e informes sobre el metro ligero sin que hasta el momento nada se haya concretado a pesar de las innumerables promesas electorales. Las actuaciones en materia de comunicaciones han centrado fuertes inversiones en el cemento, como la tercera ronda o la vía Ártabra. Cabe esperar que contribuyan a aliviar la circulación, pero sin alternativa volverán a quedarse pequeñas. Necesitamos un plan B que apueste por el transporte público y equilibre nuestro sistema de comunicaciones.